viernes, 22 de julio de 2011

El Círculo Hermenéutico de la Triple Mímesis en "Tiempo y Narración" de Paúl Ricoeur.

1.- La prefiguración proyecta delante del autor de un texto que todavía no se escribe un mundo del texto, un mundo posible, el cual es una precomprensión del mundo de la acción. La prefiguración es una serie de tramas o patrones de construcción que el historiador concibe. Podríamos decir que es análoga a la precomprensión, porque está es la raíz de la composición del trama; lo que se hace presente aquí son los rasgos estructurales, simbólicos y temporales que hacen posible la construcción del trama. Es una anticipación a lo que va a ser, en este sentido, a través de ella se anuncia el trama, es como el profetizar en cuanto es el lugar a través del cual se hace presente y se videncia la futura configuración. Esto es posible porque las acciones remiten a fines y motivos en cuanto aquello que se espera lograr y el porqué. Es el lenguaje del “hacer” y el horizonte cultural que nos muestra una tipología de tramas. Toda prefiguración conlleva formas simbólicas, las cuales son procesos culturales que articulan toda experiencia. En síntesis es el horizonte del obrar humano él que nos hace posible comprender y narrar el mundo.[1]
2.- La configuración imita a la acción ofreciendo una articulación narrativa del tiempo. El resultado de la misma en sus sucesivos momentos es propiamente la construcción del trama, la construcción del trama es la síntesis de lo heterogéneo en una concordancia discordante, generando una totalidad significante en donde los acontecimientos se van entretejiendo, esta totalidad se hace patente en el punto y final del trama como aquel lugar donde se cierra la narración. En la trama los acontecimientos se vuelven hechos (lo dicho del acontecimiento) y por lo mismo historia. En Ricoeur, a mi parecer, lo narrado cuenta los acontecimientos fundacionales de una cultura, pero al mismo tiempo es fundacional en el sentido tríadico de Heidegger, como ya se ha visto anteriormente en este trabajo. En donde al inicio se hace presente el final en tanto que se este se enraíza en las condiciones iníciales que lo hacen posible, y en el final se hace presente el inicio en sentido de recapitulación. La configuración, por un lado, en tanto innovación es poética en tanto paso del no ser al ser, y de generación de esquemas de narración en tanto que es un proceso de la imaginación creadora, por otro lado, en tanto sedimentación, parte de los paradigmas enraizados en la propia tradición. Aquí el esquema producto de la imaginación nos recuerda a Kant, pero con la diferencia que el esquema presenta un dinamismo generado por el despliegue histórico y cultural, en este sentido, podríamos pensar en el imaginario de Sartre o Castoriadis, pero eso sería trabajo de otra investigación. La tradición descansa en el volver a narrar, el cual se presenta en una tensión entre la sedimentación y la innovación; la tradición siendo en sí misma una verdad ontológica permanece a través del cambio. Este tipo de mímesis media de forma dinámica entre la mímesis 1 y la 3 como paso temporal, puente y mensajero entre el uno y el otro.[2]
3.- La refiguración es la experiencia del lector de la intersección bipolar de la dualidad entre el mundo real del lector y el mundo posible y textual, o en términos de Gadamer, es la aplicación que conlleva la fusión de horizontes. El lector aquí instaura un sentido y por lo mismo reconfigura el texto. Para que lo anterior suceda es necesario que el lector parta de una experiencia vivencial que le permita reconocer los símbolos del texto y leerlos; la lectura siempre conlleva el elemento imaginario que hace que cada lector represente en sí mismo el texto de forma distinta, siendo así el lector refigura el texto desde sus propios esquemas generados a partir de su experiencia de vida y su imaginación. La construcción de la trama en este sentido es una obra conjunta entre el texto y su lector, por lo mismo un texto sólo cobra vida a partir de su lectura. [3]


[1] Cfr.- Ricoeur, tiempo y Narración 1, ed. Siglo XXI, 1998, pp. 113 - 130.
[2] Cfr.- Ibídem. pp. 130 - 139.
[3] Cfr.- Ibídem. pp. 139 – 140, 147-148.

1 comentario:

  1. Interesante e ilustrativo. Agradecido con esta publicación. me gustaría saber si está disponible para compartir otras lecturas de Ricoeur

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